La hamburguesa trae medallón de porotos negros, no queso, no jamón, lechuga, tomate, queso de girasol y pan brioche de carbón activado con porción de papas. Estaba INCREÍBLE. Era una bomba de sabor riquísima. El pan era casero. El no jamón un poco se perdía en el conjunto pero al probarlo solo tenía un suave sabor ahumado muy rico, no como otros no jamones que son puro colorante. La porción es súper abundante y llenadora. Me salió $1750 (18/2/23). Más de la mitad del menú tiene opciones veganas variadas e interesantes (adjunto fotos).
El lugar tiene una ambientación bohemia muy particular con espejos, sombrillas, máquinas de escribir y suculentas colgando de las paredes. También se puede comer al aire libre. La dueña era muy carismática y nos ayudó muchísimo con sus recomendaciones.
Por último, quiero mandarle un beso a Gilbert, un naranjita muy dramático que se enojaba si le cambiaban el plato de comida de lugar, pero que nos regaló su compañía toda la noche 🧡.