No suelo pedir ensaladas en los restaurantes, pero si veo un elemento fuera de lo habitual, como en este caso seria la naranja, allá que voy y Dios si acerté. Me falto espacio en el estómago para terminar de untar el delicioso aliño. El menú de un 1°, un 2°, postre, agua/vino y pan, costaba 14€.