La bechamel está muy rica pero el relleno nos sabe demasiado a especias. Apenas traía queso encima y, en general, deja bastante que desear a nivel nutricional. El sabor no está tan mal para uso puntual o si no apetece cocinar. A pesar de preferir hacer lasaña en casa, no descarto volver a comprarla algún día. Lidl, 1,60€ (400 g), aunque suele costar 2,29€