Fuimos en víspera de reyes y como se trataba de una nueva apertura, se asomaban mucho curioso al ver que la cerrada antigua churrería, tenía clientela; estaba el local lleno! Quizás más de lo que hubieran deseado!
Pedimos un tartar de aguacate y 2 bocadillos de mostaza; bocatas que no salieron a la vez; cosa que tuvimos que recordar a la camarera que estaba hasta arriba de faena!! Le quitamos importancia pues empatizamos con la muchacha! Teniendo ya la panza medio llena no teníamos prisa por esperar la 2 parte.
Se disculparon por su parte y nos invitaron a un café o poste que no aceptamos. Nos fuimos felizmente a casa después de haber dado una vuelta por el centro ya con el estómago lleno.
Esperemos qué duren y sepan adaptarse a los tiempos que vienen.