Bastante cara para lo que es, 10 euros, pero pagas por el sitio, en lo alto de una loma con vistas a una playa preciosa. Creo que la hamburguesa no era casera, sino una de esas típicas de herbolario, pero llevaba mucho guacamole, además de algo de lechuga y tomate, y pepinillos. El pan estaba muy tierno. Estaba buena. Las patatas eran congeladas pero con buen sabor, no fritas en cualquier aceite. Los dueños y camareros son muy agradables, y encontrar un sitio con tres opciones veganas distintas, aunque no sean muy imaginativas (hamburguesa, ensalada y tabule) y helados veganos en Cantabria, es todo un hallazgo!! Así que me doy por mas que satisfecha.
Hamburguesa vegana
